2007-03-21

he encontrado una puerta interespacial

puede que no os lo creáis pero es verdad. hoy me he tomado el día libre, intentando escapar de la pereza que me persigue desde hace unos días allá donde voy, y he vagabundeado por londres. no diré sin rumbo fijo pues no es cierto: buscaba un lugar muy concreto, un sitio del que me habían hablado. después de errar un buen rato (se me había olvidado el plano en casa y tantear londres no es fácil) he conseguido llegar al mercado de portobello, en el que se encuentra lo que buscaba. he bajado la calle fijándome en cada local hasta que lo he visto. frente a mis ojos estaba el bar galicia.

pero no, no nos engañemos: el bar galicia de londres no existe. visto desde fuera, la puerta prácticamente de portal, que parece estar cerrada; la ventana con cortinas hechas por la abuela; la luz tenue; la carta que parece que se imprimió sin tinta; todo nos recuerda a la típica tasca de nuestro pueblo, a ese lugar en el que los señores mayores de 50 se juntan para beber los vinos, en el que los jóvenes, los días de lluvia, juegan a las cartas. sí, es ese, ese sitio al que toda la gente del pueblo va porque es el único aparte de la tienda de comestibles y la panadería. no puede estar en londres, es imposible. el bar galicia es naturalmente de almazarredo de arriba, de villaespinosa de los montes o de councheiro.

por eso estoy convencida de que, en realidad, en el 323 de portobello road hay una puerta interespacial. lo que vemos es una imagen de esa parroquia gallega cerca de la costa. cuando abrimos la puerta, la teletransportación se efectúa y entramos en el bar de pueblo. el camarero, hombre gordito (por ser cumplidora) en la flor algo marchita de la madurez, habla en gallego con el típico señor de bigotes y camisa salida del pantalón. los dos se dan la vuelta para mirarme asombrados cuando entro. claro, no soy del pueblo. en una esquina de la barra, debajo del balconcillo de madera, dos obreros ingleses también han caído en la trampa de la teletransportación. el camarero sabe bien lo que tiene que hacer: con esa amabilidad que tenemos los norteños, con una mejilla que intenta levantarse en una sonrisa, me pregunta una y otra vez cuánto tiempo llevo en londres, dónde vivo; incluso me pregunta si he venido con el autobús 23. pero no me engaña. los extraterrestres, la nasa o el desarrollo marciano de lassie le tienen instruido para que no desvele el secreto.

al salir y cerrar la puerta me sorprendo de no ver cuatro viviendas de estilo neofeísta junto con una iglesia antigua y dos calles de casas con balconadas de madera. parece que he vuelto a londres. a lo lejos, al fondo de una calle, un edificio brutalmente horripilante me devuelve a la realidad metropolitana. no he encontrado fotos del restaurante galicia en internet, lo cual es normal, pues no creo que las puertas interespaciales puedan fotografiarse. por eso os obsequio con la foto del edificio que ha intentado hacerme creer que el bar galicia está en londres. disfrutad de su fealdad. seguro que el bar galicia recibirá futuros comentarios en este blog.

4 comentarios:

Mario dijo...

Pois si, é que estamos por todo o mundo. O bar galego nunha grande cidade europea é un punto común, eu creo que si que é unha porta espazotemporal, pero non leva á Galiza, todos os bares galegos da Europa levan ao mesmo bar virtual, aboiando no baleiro interespacial. Desde aí se centralizan os perversos planos galego-masónicos para facernos amos do mundo (se a próxima vez que entras o camareiro che chisca un ollo ti pide un licorcafé: é o contrasinal).

begira... dijo...

uiuiui en canto volva a londres vou ter que probar o da contrasinal! non sei se serei aceptada na hermandade, a miña sangue galega está xa moi diluida (tiña un tatarabuelo...). crees que con ter un novio da terra prometida será suficente? que preocupación!

A Raíña Vermella dijo...

Creo que a nosa Begira xa se gañou con creces o título oficial CCC de galega en seis meses;) Agora bautizámoste con caña de herbas e, se non quedas cega, listo.
O do bar Galicia, eu tamén creo que hai un complot masónico de barmen galegos para dominar o mundo. Estas pequenas colonias son só o comezo (riso diabólico)

A rapaza do arco dijo...

Si, eu creo que aprender galego no tempo no que o fixeche ti che dá non só o carné de galega senón un plus de recoñecemento materializado nun vale por todo o licor café (que é a verdadeira sangue galega, alomenos en Compostela) que queiras tomar cando veñas.
Se cadra ao entrar nos baños teletranspórtaste a algunha parte da Galiza.
p.d: igual o do licor café quedou algo alcólico, ben, tamén o podemos cambiar por empanada ou polbo ;)