2007-02-25

the apple. contrastes y encierros

the apple -la manzana para los menos duchos en lenguas- es una película iraní dirigida por la por entonces jovencísima directora de cine samira makhmalbaf. que sea la hija de un famoso director de cine no quita ningún mérito a haber dirigido una película de tanta profundidad a la edad de -sujétense los cinturones- 17 años. he de reconocer que mi objetivo no era empezar este post precisamente con la edad de la joven, pero la impresión ha podido más que yo.

la película es un paso intermedio entre documental y ficción, puesto que cuenta la historia real de dos niñas de 12 años que vivieron desde su nacimiento encerradas en casa por su padre. los actores, si es que se les puede llamar así, se representan a sí mismos en el film, que a pesar de tener un guión sigue los destinos de esta familia una vez que los vecinos denuncian la situación a los servicios sociales y éstos entran en juego.

no obstante, mi intención no es hacer un résumée, como dirían los pedantes, de la película, sino centrarme en el elemento que le da nombre y en su significación: the apple - la manzana. Esta fruta es la que funciona como hilo conductor de la película a la hora de sacar a todos los personajes de la claustrofóbica casa. ¿y por qué me llama la atención este hecho? porque las declaraciones de la directora al respecto confirman la impresión que la película va dando minuto tras minuto: que la fruta del pecado original, el símbolo de la tentación de la carne y del mal proverbial... representa en este caso la ilusión de la vida y de la libertad.

ahora es cuando algún/a avispad@ dice que nuestra percepción de la manzana está unida a la biblia y la de samira makhmalbaf probablemente provendrá de un origen diferente. pues no. como ella misma explica, ¿cómo ha de parecernos la manzana un símbolo negativo, cuando hizo que adán y eva tuvieran sentidos, salieran de su encierro, comenzaran a vivir? la manzana, para esta joven musulmana, no representa el pecado en el mundo sino la libertad de la elección, el nacimiento de los sentimientos y el principio de una vida verdadera marcada por el dolor tanto como por la felicidad, contrariamente a toda creencia victimista, sufridora y masoquista del catolicismo.

como muchas otras veces ocurre, este pequeño símbolo sirve como punta del iceberg de la cantidad de contrastes y de diferencias -que no tienen por qué ser desavenencias- que existen entre las diferentes culturas, incluso en el más mínimo detalle. no sé a vosotros, pero a mí me invita a querer descubrir cada vez más de estos entresijos que surgen en el punto de encuentro entre la individualidad y las diferentes culturas.

No hay comentarios: